jueves, julio 01, 2004

El payaso que no se reía

Había una vez un payaso que se reía de todo.
Se reía y se reía hasta que un día le pasó algo muy feo.
Desde entonces: pura lágrima, pura tristeza.
Un amigo payaso se le acercó un día, y de tan triste que lo vio le preguntó: "¿qué te anda pasando amigo payaso?", a lo cual el payaso que no se reía contestó: "olvidé cómo reír"
Frente a esto, el payaso amigo no se le ocurrió mejor idea que hacerle cosquillas. Pero al payaso que no se reía no le hizo gracia. Le molestaban e incluso hasta le dolían las cosquillas.

Pasaron muchos payasos que trataron de hacer reir al payaso que no se reía. Hasta que un día, finalmente, el payaso que no se reía se vio en el espejo.
Se miró triste, larga y pausadamente.
Ahí mismito vio algo que no había visto antes: un payaso triste. Se ve que esto le causó gracia porque inmediatamente comenzó a reir.
Desde entonces, el payaso no afloja una sonrisa sin que el espejo no le devuelva otra.