miércoles, enero 23, 2008

Que llueva

Se acerca en su piel un anhelo impenitente. Se anuncia una tormenta que no es sino en pleno verano.

En un roce y puro viento caen: las primeras gotas, las primeras hojas. Crece la intimidad del aire, se humedece.

Y es eso, esa sensación de que se va a quebrar… Esa dulce espera, instinto de sangre. Esperando el primer quejido, la primer rajadura. Observándola con sed, con la sequedad de la boca.

Esperándola, gota a gota.

Hasta que quiebre, hasta que llueva…

Y llueve…
Se siente y es así: se siente.

No existe el cómo... Es, nace y muere.
Placer y nada más.

Saldrá el sol, o no...
Se dará un beso o dos...
Pero eso es luego.
De momento no va a importar.

1 comentario:

Lau dijo...

simplemente una sonrisa
(con todos los dientes)