miércoles, febrero 27, 2008

¡Salud!

Sobre la felicidad

Siendo la felicidad algo tan feliz, es complejo.
La plenitud felicial tiende a nublar juicios o presentes analíticos en pos de futuros ambiciosos. Lo cual, con solvencia, no quiere decir más que lo que proyecta en su alcance más mediato o antimediato.

La felicidad siendo la plenitud más misma de la contentitud, llevada a un plano profuncioso, a un abismo de conceptos inconstruyentes, terminaría siendo entonces una risa sostenida en el alma del malhumorado... O bien tendríamos a la felicidad como un orgasmo del quehacer, que se distiente, tiende y goza en la acción misma del cosar (dícese de hacer cosas).

Esto haría a la productividad prima de la felicidad y a la sonrisa amiga del sistema de producción capitalista. En los más de los casos la capitalización de una sonrisa suele darse en el amor o la cojeturía sostenida de un flechado con una flechada, o bien, dos flechas de igual señalamiento. En el resto, bien puede ser una obsesioneitud periódica amparada en el logro y satisfacción constante de aquella obsesión antes mencionada. Esto surrequetesupondría una recompensa sin moño mediante, sin empapelado ni presentación. Es decir: puro regalo, pura navidad.

En fíntesis, podríamos decir, que al afecto del egoser, el viviendar y la construcción almática que nos compete, el amor y sus derivados: nos resultan alta y altruístamente credos de competencia.

A nivel químicofísico, tal afecto efecta sobre nosotros implicancias recompensatorias del ego y la sostencia de nuestra máscara y/o persona. Ya sea amorosa, mental, laboral, física, o cualquier hambre que tengamos. En tales casos, peligrosa la confundición de la verdad para con la falta.
El relleno de agujeros nos remonta a la canción chiquititense: “tengo el corazón con au-jeritos”
El curor del coladero está altamente relacionado con la contentitud… Pero animaríame a decir que la felicidad está anexada a otro actor y factor más importante… Tan mucho más distinto a las faltas y fules de la vida... Tan mucho más distinto a la desbacterización de las frutillas del alma, Tan mucho muy más distinto a la careta social...

El calzado de nuestro cuerpo, el correspondiente chequeo del talle y la aceptación de caminarlo hasta gastarle las suelas, es fundamental.

Es por eso que brindo por mis cejas y mis costillas, por mi pito y mis rodillas, por mis ojos y mis mejillas. Ebrios de nosotros, brindemos.

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